Debido a los retos que tenemos como sociedad en materia de conservación de los recursos naturales y la adaptación y mitigación ante el cambio climático, la sostenibilidad cada vez toma más fuerza en el sector constructor, buscando así generar bienestar para las personas, cuidar el ambiente y ser eficientes económicamente.
En la medida que se vienen incorporando criterios de sostenibilidad en el diseño, construcción y operación de las edificaciones, los consumidores vienen validando sus beneficios asociados con la ecoeficiencia, el confort habitacional y la reducción de costos en el uso de los servicios públicos.
La creación de alianzas entre empresa, universidad y organismos como Camacol y el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, han permitido fortalecer todo el sector constructor, evolucionado a nuevos productos inmobiliario con características de sostenibilidad, muchos de estos con sellos de construcción sostenible como EDGE, LEED, CASA, entre otros.
En el marco de su modelo de sostenibilidad Coninsa ha definido la construcción sostenible como un aspecto relevante que aporta al cumplimiento de nuestro propósito superior de construir bienestar, logrando impactar de manera positiva, los grupos de interés desde los aspectos ambiental, social y económico. Lo anterior, toda vez que logra reducir el consumo de recursos naturales en la fase de construcción y operación de proyectos constructivos, garantizar espacios con características de hábitat adecuadas, además de generar réditos financieros en la construcción y operación de los mismos.